lunes, 30 de abril de 2018

Renato Rodríguez: Salvador Garmendia me lanzó al olvido y Orlando Araujo me rescató




Un joven Renato Rodríguez. Foto tomada de aquí

Estimados Amigos

Tenemos el agrado compartir con ustedes esta entrevista que conseguimos en nuestras navegaciones usuales en la red. La extraímos del portal Letralia


Esperamos disfruten de la entrada.



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Alberto José Pérez

Hace ya unos 20 años tuve la oportunidad de conversar con Renato Rodríguez (Porlamar, 1927) sobre la personalidad intelectual de Orlando Araujo (1927-1987), con la intención de recabar testimonios para armar un libro. Me descuidé, sólo pude hacerlo con Renato, en su apartamento en La Pedregosa Sur, en Mérida, donde fuimos vecinos. Cuando toqué otras puertas nadie me abrió, se habían marchado los que yo sabía que como Renato me hablarían de Orlando con honradez y respeto. A continuación transcribo lo conversado con el autor de novelas memorables como El bonche, Al sur del ecuanil, La noche escuece y Viva la pasta.

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Al sur del Equanil. Foto tomada de aquí


AJP: ¿Cuando y en qué circunstancia conociste a Orlando?

RR: En realidad yo conocí a Orlando hace muchos años, por los años cincuenta, cuando él era economista y yo comerciante. Yo tenía una oficina en el cuarto piso del edificio “El Nacional”, donde funciona el diario que todos conocemos, pero en ese tiempo sólo ocupaba el primer piso, la planta baja y los sótanos; y Orlando estaba con la Compañía Anónima Venezolana de Alimentos que funcionaba también en el cuarto piso frente a mi oficina. Pero a mí se me olvidó y a él también se le olvidó que nos habíamos conocido y después, muchos años después, como veinte años más tarde lo vine a tropezar: él era escritor y yo contador de historias.

AJP: ¿Cómo fluyó nuevamente la amistad?

RR: Por diversas razones he podido cantarle a Orlando la canción de Panchito Rizek, una que dice “te odio y te quiero”.




AJP: ¿Por qué?

RR: ¿Por qué? Bueno, por una razón muy simple. Primero: he podido decirle te quiero porque él me rescató del olvido. Yo fui expulsado del Olimpo, del Olimpo venezolano. Me expulsó la OCI, mediante un proyecto que escribió Salvador Garmendia en el año 66 y entonces a él (Salvador) se le olvidó que yo existía. Por eso digo que fue la OCI pero a través de Salvador Garmendia. A mí me dejó muy sorprendido eso porque en primer lugar, fue Salvador Garmendia el que me lanzó públicamente como escritor; la primera persona que me nombró públicamente como escritor fue Salvador Garmendia en una entrevista que le hicieron en El Nacional en el año 62 o 63, no recuerdo con exactitud.
AJP: ¿Y el te odio?

RR: Pero a Orlando he podido decirle, también, te odio, bueno, chico, porque resulta que mi mamá peleaba mucho conmigo por cualquier motivo, por ejemplo: una cosa que ella siempre me reprochaba eran los zapatos sucios porque yo jamás limpio los zapatos. Desde chiquito tenía esa cosa, lo primero que me veía eran los zapatos. Esos zapatos están muy sucios, me decía. Y un buen día se me ocurrió regalarle, a ella, un ejemplar de Compañero de viaje y le encantó y entonces cada vez que pelaba conmigo me decía:

—Ya que eres tan escritor, ¿por qué no has escrito nada como Compañero de viaje?

Y la última vez que me lo dijo fue cinco minutos antes de morir, más o menos.


La señora María Felízcar García García,“Mamá Maruja”, madre del poeta Renato Rodríguez e inspiradora de su vida y de su literatura. Imagen tomada de aquí


Cuando yo entré al cuarto donde ella estaba recluida, muy enferma, lo primero que hizo fue que me miró los zapatos y repitió lo de siempre:

—Esos zapatos están sucios, ¿desde cuándo no los limpias?

—Mamá. Tú sabes que yo nunca limpio los zapatos, yo no soy político, ni profesor ni financiero ni nada; yo lo que soy es un simple escritor.

Entonces me respondió:

—¿Sí? ¿Si eres tan escritor por qué nunca has escrito nada como Compañero de viaje? —y cerró los ojos y no los abrió más nunca.


Viva la pasta. Foto tomada de aquí


AJP: ¿Luego, cómo crecieron en el afecto?

RR: Mi amistad con Orlando Araujo tuvo una agradable consecuencia, digamos, creo que... sí, porque ya yo tenía en proyecto, medio escrito, un libro que tiene cierto parentesco con Compañero de viaje; contiene cuatro relatos que podrían emparentarse. Pero bueno, yo no lo escribí por eso. En el prefacio explico por qué lo escribí, porque cuando mi mamá empezó con ese castigo, por allá en el año 72, entonces me empeñé en terminarlo. Yo creo que la lectura de Compañero de viaje me dio unas luces, en ese sentido, algunas no, probablemente más de una aunque me cueste reconocerlo, y el libro al cual me refiero está inédito. Es un libro que contiene cuatro relatos y se llama Quanov, ese es un nombre que yo acusé porque oí decir muchas veces que mis libros no llegaban a novelas, que lo que yo hacía eran intentos fallidos. Entonces una vez estaba leyendo un libro de Isaac Asimov que se llama Introducción a la ciencia y él habla ahí de los cuerpos celestes y nombra una palabra que yo había conocido siempre como una marca de televisores, resulta que no, que “Quasart” es un cuerpo celeste que está en proceso de ser estrella. O sea, casi estrella. Y entonces me dije, nada, ahí está el nombre para lo mío y como lo mío son casi novelas vamos a ponerle Quanov.


Renato Rodríguez. Foto tomada de aquí


AJP: ¿Cómo te sacó Orlando del olvido?

RR: Orlando me rescató del olvido, bueno, eso ocurrió porque él dijo una vez que había llegado al conocimiento de mi existencia como autor a través de Juan Rulfo, porque curiosamente yo le caí en gracia a Rulfo, a pesar de que nunca lo conocí personalmente. Las cosas ocurrieron de esta manera: cuando salió Al sur del ecuanil, yo le envié un ejemplar a Teresa Selma, actriz venezolana que para entonces vivía en México, y ella conocía a Juan Rulfo y le pasó el libro y lo leyó y parece que le agradó porque siempre se expresó en buenos términos de mí. Así fue que vino Orlando a enterarse de mí, de que yo existía como escritor. Como dicen: son extraños los caminos del Señor.


Salvador Garmendia. Foto tomada de aquí

AJP: ¿De qué año me hablas?

RR: Eso fue cuando vino Rulfo a Venezuela el año 76 a invitar para un congreso de escritores que tuvo lugar en México al año siguiente y entonces quiso invitarme a mí y se encontró con la novedad de que nadie sabía que yo existía, es decir, muchos lo sabían pero se hacían los locos para no quedar mal con la OCI, y Orlando oyó eso y le pidió a una de mis hermanas que le consiguieran un ejemplar de Al sur del ecuanil y lo leyó y posteriormente Rafael Diprisco le dio información complementaria sobre mi oficio de escritor. Tengo entendido que así ocurrió. Luego Orlando se empeñó en escribir el prólogo de la segunda edición de Al sur del ecuanil, pero Monte Ávila Editores se lo había encargado a Roberto Lovera de Sola y, cuando Orlando se enteró, armó un zaperoco y dijo que ese prólogo no lo escribía nadie sino él, y que si no lo escribía él no dejaba que saliera el libro. Entonces lo tuvieron que complacer y después Lovera de Sola en vez de odiar a Orlando me detesta a mí. Cuando yo regresé el año 73 de los Estados Unidos de Norteamérica, lo volví a ver en la Galería del Inciba que quedaba en el edificio de Pro Venezuela. Orlando tenía una “mona” grandísima que yo creo que ni se acordó después que nos encontramos allí, posteriormente cuando le dieron a él un premio entonces yo le dejé una carta en la librería Suma, manifestándole mi alegría porque le hubiesen dado el premio y luego el me llamó por teléfono y a partir de esa llamada seguimos viéndonos con cierta periodicidad.


La noche escuece. Foto tomada de aquí


AJP: ¿Como definirías al escritor Orlando Araujo?

RR: Yo creo que con una frase muy corta podría expresarte la opinión que me merece Orlando como ser humano, tuvo altos y bajos pero hay una cosa de la cual yo estuve siempre seguro y esa cosa es que carecía de una cualidad que abunda mucho entre nosotros, particularmente, entre la gente que escribe o que hace algo en el campo de la creatividad: carecía absolutamente de envidia; nunca tuve indicios de que envidiara nada, era sumamente generoso en sus actitudes. Apartando la gran calidad de su libro Compañero de viaje, que es una especie de hito en la literatura propiamente venezolana, porque se puede decir que es uno de los libros que tienen realmente características de narrativa venezolana; fue un gran promotor de infinidad de cosas, no solamente de literatura. Fue un hombre sumamente entusiasta de las causas nobles de la vida como la vida misma; por ejemplo, y como te dije anteriormente, carecía totalmente de envidia y esa cualidad es poco común.


Renato Rodriguez. Foto tomada del blog José Odreman Nieto


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Alberto José Pérez

Poeta, editor y comentarista literario venezolano (El Samán, Apure, 1951). Ha publicado unos veinte libros de poesía, crónicas de libros y entrevistas. Sus últimos títulos son Un poeta como yo (Ediciones Mucuglifo), Confesionales (El Perro y La Rana), En la alta noche (Fondo Editorial del Caribe), La revelación del otro (El Perro y La Rana) y Pequeña antología (Editorial La Espada Rota). Es colaborador permanente de Contenido, suplemento literario del diario El Periodiquito. Ha sido galardonado con el Premio Único de Poesía de la Bienal de Literatura de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y con el Premio Nacional de Poesía “Centenario de Enriqueta Arvelo Larriva”. Fue distinguido por la Red de Escritores de Venezuela con el premio “Compañero de Viaje”, en reconocimiento a su contribución a las letras nacionales. Reside en Santa Clara (Barinas).

Tomado de Letralia

Actualizada el 29/01/2024



domingo, 29 de abril de 2018

Santa Úrsula y el Día que fundaron a Valencia, la de Venezuela


Rubens. El martirio de Santa Ursula y la Once Mil Vírgenes
Museo de Arte Kimbell
Fort Worth. Texas (USA).


Santa Úrsula y el Día que Fundaron a Valencia


       Esta santa fue la primera patrona de nuestra ciudad. Según el acta Nº 22, del cabildo de la Nueva Valencia del Rey, de fecha 14/06/1664 (Alfonso Marín, 1970: 52). Le recuerdan al Alcalde, que debe nombrar a los nuevos encargados para los preparativos de las fiestas de la Nueva Valencia y su patrona.






        Para esa época, Santa Úrsula (osita en latín) le profesaban gran devoción en Valencia de Don Juan, de la provincia de León, España; de donde era oriundo el Gobernador Lic. Alonso Arias de Villacinda, que en su honor,  toma su nombre Nueva Valencia del Rey, junto a su patrona. Dicho Gobernador fue quien ordenó al capitán Alonso Díaz Moreno, para que fundara a Valencia.



     El día de Santa Úrsula (21 de Octubre) y el día de la Virgen del Socorro (13 de Noviembre), son fiestas religiosas, que ambas fechas caen en el último trimestre del año (Octubre, Noviembre y Diciembre). Que en este lapso de tiempo, cae el día no precisado donde fue fundada Valencia.

Virgen del Socorro

    Estas observaciones, nos llevan a hacernos una pregunta: ¿Qué día fundaron a Valencia?



    Cuando Oviedo y Baños refiere a la fundación de Valencia, expresa: <Borburata , y poco más de media de la laguna de Tacarigua, donde se conserva hasta hoy>>. Hace hincapié en “el mismo año de cincuenta y cinco”. Mismo es un adjetivo que expresa identidad o paridad. En este caso es paridad, lo cual nos indica que al principio de 1555 estaban en una actividad semejante, la cual era el segundo intento de fundar a Nirgua (Oviedo y Baños, parte I, libro II, cap. X): <>. Luego entró el invierno, y  abandonaron la villa por las continuas lluvias y el acoso de los indios jiraharas.

      Esto nos indica que Valencia no fue fundada un 25 de Marzo (día de La Anunciación de María), porque en la estación de verano y parte de la lluviosa estaban en Nirgua. Luego que retornan y recuperan fuerzas.  

       El Gobernador da inicio al proceso de fundar a Valencia: el Lic. Alonso Arias de Villacinda con el mayor número de soldados de Coro, El Tocuyo y Nueva Segovia (Barquisimeto), comandados por Alonso Díaz Moreno, venció guerreando a los indios para que a finales del cincuenta y cinco fundan a Valencia.


Escudo original de Valencia

      Los meses mas lluviosos son Julio y Agosto; y si le agregamos el lapso del retorno (2 semanas); más el lapso de restañar fuerzas (2 semanas); más el lapso del traslado (2 semanas) a la laguna de Tacarigua para fundar a Valencia. Da un total de 6 semanas (mes y medio). Estos cálculos aproximados, indican que el día de la fundación de Valencia, está ubicado en el último trimestre de 1555.



Elio Araujo H.

C. I. 3.577.768

araujo_uc@yahoo.com

sábado, 28 de abril de 2018

Invitación a la obra ''Amigos y Coreógrafos'' en el Teatro Municipal de Valencia el próximo 4 de mayo (4 -05 - 2018)





Valencia (Especial).- El próximo 4 de mayo a las 4:00pm, se realizará en el Teatro Municipal de Valencia, la obra Amigos y Coreógrafos, producida por la Compañía Valencia Danza Contemporánea y el centro de enseñanza Artmónico Estudios Musicales en co-producción con el Teatro Municipal de Valencia.

El evento se compone de cuatro importantes coreógrafos, quienes presentarán sus obras acompañados por los integrantes de la compañía Valencia Danza Contemporánea y bailarines de la escuela de Danza Contemporánea, junto con los músicos de Artmónico Estudios quienes en conjunto son cerca de cien artistas en escena.

Las obras son “Transposición” de Yacanna Martínez, “En espacios no pensados” de Milagros Bordones, “Lo recuerdo” de Ulises Contreras, “Está al caer” de María Gabriela Moreno y “La belle epoque”, música original de Valerio Del Rosario que danzará la compañía en coreografía colectiva. Estas piezas íntimas y actuales se sustentan en temas como la ecología, la vida, el amor o el insomnio creativo, en complemento con la música en vivo.

"Por primera vez, Artmónico Estudios forma parte de la producción de un espectáculo con la Compañía Valencia Danza Contemporánea y es una maravillosa oportunidad para nuestros músicos en formación, quienes con la tutela y acompañamiento de nuestros profesores, han preparado un programa de música en movimiento”, informó Carolina Marín, directora de Artmónico.

Por su parte, Bordones, directora de Valencia Danza Contemporánea asegura que la obra se entrelaza y cuenta una historia de danza y música.

Artmónico Estudios Musicales es una escuela de música popular de prestigio y proyección, que tiene como propósito, consolidar el trabajo de jóvenes y adultos creadores, vinculándolos con las distintas corrientes del arte. Mientras, Valencia Danza Contemporánea es una compañía fundada hace 30 años en Carabobo, por el maestro Juan Monzón, Premio Nacional de Cultura, mención danza.

Contactos para las entradas: Las entradas ya están a la venta en la taquilla del Teatro Municipal de Valencia, en Artmónico Estudios (número telefónico 0241-826.90.85, dirigirse a Artmónico Estudios Musicales, ubicado en la Avenida Bolívar norte, Centro Comercial Camoruco, piso 1, local E-11 o visitar la página web, www.artmonicoestudiosmusicales.com.ve. y la Compañía Valencia Danza Contemporánea. También pueden seguir las redes sociales de los promotores del evento: artmonicoestudios y @valenciadanzacontemporanea.


Tomado de Valencia Informa.



Enlaces Relacionados:
  






































viernes, 27 de abril de 2018

UN ADIOS A LEVY ROSELL




Estimados Amigos

Hoy  compartirmos con ustedes el acercamiento que nuestro amigo Eduardo Casanova Sucre hace del director teatral Levy Rossel  fallecido el pasado miércoles 25 de abril de 2018.



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Por Eduardo Casanova

La primera vez que oí hablar de Levy Rosell fue a comienzos de 1968, cuando pasé brevemente por Caracas, luego de casi cuatro años de estadía en Buenos Aires, rumbo a Dinamarca, en donde estaría tres años. Carlota Emilia, mi hermana había visto su obra musical "Vimazoluleka" (palabra creado por él con las primeras 2 letras de los nombres de sus amigos) y le había gustado mucho. 


Por el nombre de pila supuse que debía ser judío y talentoso, luego me enteraría de que era nativo de la ciudad de Coro, descendiente de catalanes y curazoleños, y muy talentoso. Lo conocí personalmente luego de regresar de Copenhague, cuando asumí la Dirección. Civil y Política de la Gobernación del Distrito Federal, que estaba a cargo de la política cultural de la capital. Había sido un eficiente y fiel colaborador de mi antecesor, José Luis Alvarenga, y le pedí que también trabajara conmigo, y por fortuna aceptó. Montó en 13 plazas distintas, durante 13 fines de semana, su obra "Caracas Urgente", y fue una de las bazas importantes del éxito del programa cultural de la Gobernación del Distrito Federal  que llevaba manifestaciones culturales a las zonas más importantes de la capital. Luego se dedicó a montar el estreno de otra obra muy importante, para lo cual puede ofrecerle, en retribución, el apoyo y la colaboración de la Gobernación. No era un colaborador servil o complaciente. Todo lo contrario, era exigente y podía ser hasta duro, pero de una honestidad indiscutible. 

Un joven Levy Rossel


Tal como Luis Morales Bance, Fredy Reina, Gerry Weil, Lilia Vera, Oswaldo Lares y dos o tres más, fue un apoyo fundamental para lograr aquella primavera cultural de Caracas que tuvo lugar en 1974 y 1975, y que sin que nos diéramos mucha cuenta tuvo una gran importancia en el desarrollo cultural del país. Nos hicimos desde entonces buenos amigos y fue una presencia importante en mi familia. El el gobierno del presiden de la república Luis Herrera Campíns lo nombraron Presidente de la Fundación para la Cultura y las Artes (Fundarte) y más de un político inescrupuloso se aprovechó de su candidez para utilizarlo indebidamente. Por fortuna, en 1974 me tocó ser su sucesor y pude defenderlo de más de un ataque injusto que le podría haber llegado por mampuesto. Seguimos frecuentándonos y ya en este siglo nos reencontramos en la Residencia Caraballeda, cuando Natalia, mi esposa, se convirtió en administradora y Eva, la mamá de Levy, era una de las residentes. El propio Levy se alojó por algún tiempo en el lugar y fue muy grato volver a conversar cotidianamente con él. 

Hace pocos años, en el estreno de mi obra "Chirimoya Flat", otro talentoso e inteligente teatrero, José Tomás Angola, aceptó incluirlo en el elenco cuando así lo pidió Levy, con lo cual se reencontró con el oficio de actor que siempre le fascinó. No voy a hablar de su trabajo teatral, que se defiende por sí solo, ni de los centenares de alumnos que le estarán siempre agradecidos. Me limito a señalar que a pesar de que los monopolizadores de la falsa verdad absoluta quisieron ignorarlo, al final se impuso la verdad verdadera y hoy todo el mundo acepta su importancia en la vida teatral venezolana. En junio de 2017 sufrió un accidente cerebrovascular y desde ese momento careció de las medicinas que le permitiesen sobrevivir, situación que lo llevó a un estado de indefensión imperdonable. Por desgracia la ineptitud y la corrupción chavistas hicieron que su final se precipitara y muriera con apenas 73 años recién cumplidos. Es algo que da tristeza y rabia y que ojalá sirva para precipitar la salida de los delincuentes que hoy se aferran al poder para seguir dañando a Venezuela. Levy cumplió con su parte, ahora nos toca a los demás.



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Eduardo Casanova



Estudió Derecho y Letras en la Universidad Central de Venezuela y en la Universidad Nacional de Buenos Aires. En 1963 se estrenó su obra teatral Barrabasalia, escrita en colaboración con Arturo Uslar Braun, en 1975 se estrenó su comedia "El solo de saxofón". Luego, en 1968, recibió su título de abogado. Presidente de la Fundación para las Artes del Distrito Federal (Fundarte), 1984. Director del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG), 1984-1987. Premio Guillermo Meneses por su obra narrativa (2000). Presidente del Círculo de Escritores de Venezuela, 1999 y 2001.  


jueves, 26 de abril de 2018

Día Mundial del Libro 2018: LA LECTURA DE UNA PÁGINA ENTRA EN LA MIRADA INFINITA DEL UNIVERSO




Alberto Hernández

** Larga historia la del libro. Desde los primeros días cuando las piedras hablaban, el hombre dejó escrito su destino. Los petroglifos aún contienen mensajes no traducidos, razón por la cual la escritura sigue siendo un maravilloso encuentro con el conocimiento.

**Desde la década de los noventa se celebra, oficialmente, el Día Mundial del Libro. España fue uno de los bastiones más importantes para que la UNESCO lo decretara.

Antes las piedras hablaban. Decían de las cosas que el hombre pensaba y soñaba. Las piedras respiraban con dibujos que el humano ser de aquellos tiempos tallaba en la superficie para que fuesen leídas bajo los astros, bajo el sol y la lluvia, en medio de una tormenta. Los petroglifos fueron los primeros libros creados para dejar la historia como herencia del futuro. Las piedras continúan diciendo: están allí a la vista de todos en montañas y museos. La gran paradoja: el libro del futuro también será como una piedra. El papel será sustituido por herramientas tecnológicas que se asemejan a un pedazo de roca por las características materiales de su presencia.
Más adelante, la madera fue el soporte de las palabras. De esa vieja tradición nos vienen las palabras biblos, nombre de una ciudad fenicia que comercializaba el papiro y liber, palabra latina que significa “corteza interior de un árbol”. Por siglos la madera sirvió de superficie para la escritura de mensajes que aún se pueden observar en algunos museos arqueológicos del mundo. De la madera a la arcilla. De allí las tablas de Mesopotamia, las cuales se introducían en un horno, por allá por el tercer milenio a.C. sumerios y asirios escribían sobre el barro cocido con un lápiz al que llamaban cálamo. Era una escritura en forma de cuña, por lo que dieron en llamarla escritura cuneiforme. Un importante hallazgo permitió informar acerca de más de 20 mil tablillas del siglo VII a.C. en la biblioteca real donde los reyes de Asiria tenía talleres de copistas y de conservación. De modo que podemos hablar de una verdadera organización encargada de mostrar el pasado en el futuro.

En Egipto usaron el papiro, así como el rey de Pérgamo, Eumenes, creó el pergamino. Los griegos y los romanos escribieron en cilindros, en rollos.

Los chinos escribían, aún lo hacen los artistas, sobre seda, con pinceles y pigmentos vegetales. También en muchas culturas se escribía sobre huesos, bronce, cerámicas y escamas. En la India, por ejemplo, lo hacía en hojas de palma seca. Y desde hace muchos decenios, el cuerpo humano ha sido soporte de escritura. Es decir, se le puede considerar como un libro gracias al tatuaje. Pero más allá de lo visual, la memoria humana ha sido considerada como un libro viviente.


Del cuerpo y el papel

Desde su aparición sobre la tierra el hombre ha usado el cuerpo para comunicarse. Cuando la oralidad aún no afloraba, usaba las señas con las manos, con las piernas, los ojos, las cejas, todo el rostro. Gruñidos y quejidos emergían de su interior para dar a significar algún malestar o alegría. La palabra articulada trajo los dialectos, las lenguas, los idiomas, que pasado todo el proceso arriba señalado llega con la imprenta de Gutenberg al papel.

El cuerpo quedó atrás, no como soporte de escritura, sino como preocupación significativa. Una vez usado el papel gracias a la tecnología, el libro se hace colectivo, se multiplica y los idiomas emergen para identificar culturas. La traducción facilitó el conocimiento de otros mundos, hasta hoy cuando la informática, la tecnología de punta abre las puertas de nuevas posibilidades para el llamado libro electrónico, iPod y Ipad.

El cuerpo se integra al papel, se hace una relación melliza en la medida en que hombre y libro se encuentran: significado y significante, las caras de una sola moneda. La palabra, un universo.


Sobre este aspecto, los escritores Peter Greenway en su novela The Pillow Book, habla del cuerpo como portador de escrituras, de mensajes. Igualmente, Ray Bradbury, en su relato Farenheit 451, hace lo mismo.

Antecedentes de una fiesta

Vicente Clavel Andrés a la izquierda

El 6 de febrero de 1926, el último rey de España antes de la segunda república, Alfonso XIII, le dio cuerpo al Decreto real para crear la Fiesta del Libro Español. Vicente Clavel Andrés, escritor español nativo de Valencia, fue el de esta idea. La celebración se hizo tan importante que se arraigó en Barcelona y se movió por toda la provincia catalana, hasta que se fundió con el día del patrono, San Jorge (Diada de Sant Jordi), cuando se intercambian flores y libros entre parejas y amigos. Esta tradición produjo el propósito del Día Internacional del Libro el 23 de abril de 1993, cuando la UNESCO tomó la propuesta para celebrar el libro, defender los derechos de autor, fomentar la lectura, la industria editora y la protección de la propiedad intelectual.


Esta fecha recuerda, porque coinciden, supuestamente las muertes de  de Miguel de Cervantes (realmente murió el 22 de abril y fue sepultado el 23), William Shakespeare (para esa época regía el calendario juliano en Reino Unido por lo que bardo inglés murió el 3 de mayo) y el Inca Garcilaso de la Vega, así como la muerte  de el poeta William Wordsworth y del escritor español de lengua  catalana Josep Pla.

Desde comienzos de este siglo, cada gran ciudad es tomada como Capital Mundial del Libro. El año pasado le tocó a Conakry en Guinea. Este año será Atenas.


El libro: una nota

El libro revela su importancia porque contiene las palabras, los sonidos del universo. De allí nos viene la cultura. Se trata del instrumento que lleva en su interior no sólo el motivo de consulta, sino de aprendizaje forma, así como de divertimento. La ciencia, la tecnología, las humanidades, todo el conocimiento humano está en los libros. Las bibliotecas son consideradas por las sociedades civilizadas lugares sagrados, sitios donde el hombre, niño o adultos, puede encontrar sabiduría y paz. He allí su importancia.

Con la llegada la tecnología más avanzada, se tiene la duda de si el libro de papel desaparecerá. Opiniones encontradas dan fe de que ambas propuestas seguirán vigentes, aunque las nuevas generaciones son poco dadas a enfrascarse en un libro de largo aliento por la rapidez del tiempo en que vivimos. No obstante, existen formas de acercar a los ciudadanos al libro, tanto al de papel o tradicional como al electrónico.

Sea como sea, el libro es una verdadera nota. Un placer que arroja saber y tranquilidad, angustias, alegrías y tristezas. Es decir, todos los sentimientos.
El mundo, el universo todo, está dentro de los libros. Inclusive, lo que no existe está en los libros. Celebrar su existencia es prolongar la civilización. Es hacer del humano una persona más cercana a su interior cálido, vivo y amable. Una sociedad sin libros sería una sociedad primitiva, más violenta que la tenemos, más idiotizada que la tenemos, más indolente que la tenemos.

Celebrar cada año la presencia del libro nos aleja del martirio de la oquedad.


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Alberto Hernández. Fotografía de Alberto H. Cobo.


Alberto Hernández

Nació en Calabozo, estado Guárico, el 25 de octubre de 1952. Poeta, narrador y periodista. Se desempeña como secretario de redacción del diario “El Periodiquito” de la ciudad de Maracay, estado Aragua

Fundador de la revista literaria Umbra, es miembro del consejo editorial de la revista Poesía de la Universidad de Carabobo y colaborador de publicaciones locales y  extranjeras. Su obra literaria ha sido reconocida en importantes concursos nacionales. En el año 2000 recibió el Premio “Juan Beroes” por toda su obra literaria.

Ha representado a su país en diferentes eventos literarios: Universidad de San Diego, California, Estados Unidos, y Universidad de Pamplona, Colombia. Encuentro para la presentación de una antología de su poesía, publicada en México, Cancún, por la Editorial Presagios. 

En Venezuela ha publicado sus trabajos en la Revista Nacional de Cultura, Imagen, Solar, Poda, et al.

Miembro del consejo editorial de la revista Poesía de la Universidad de Caraboboen “Crear en Salamanca”, página digital de la ciudad castellana. Igualmente, en Cervantesmileshighcity de la ciudad de Denver, Estados Unidos. Y en diferentes blog nacionales e internacionales.

Ha publicado ensayos y textos poéticos en las revistas Turia de España, Arcos de la Frontera, Piedra de molino, España,  en Il foglio volante de Italia, ; ,  entre otras.

Ha participado como conferencista o lector de su obra en varias ediciones de la Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo (FILUC), en Venezuela.

En 2012 recibió de manos de las autoridades rectorales la máxima condecoración de la Universidad de Carabobo, la Orden “Alejo Zuloaga”, en el marco del X Encuentro Internacional de Poesía de la UC.


En 2018 fue reconocido en la XVII Edición del Premio Anual Transgenérico de la Fundación para la Cultura Urbana por su novela “El nervio poético”.



Ha publicado los poemarios La mofa del musgo (1980), Amazonia (1981), Última instancia (1989), Párpado de insolación (1989), Ojos de afuera (1989), Bestias de superficie (1993), Nortes (1994) e Intentos y el exilio (1996). Además ha publicado el ensayo Nueva crítica de teatro venezolano (1981), el libro de cuentos Fragmentos de la misma memoria (1994) y el libro de crónicas Valles de Aragua, la comarca visible (1999).  Stravagnza (Italia 2012), 70 poemas burgueses (Caracas 2014), Ropaje (Cancún, México. 2012), Los ejercicios de la ofensa (Estados Unidos. 2010)
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