lunes, 19 de septiembre de 2016

Reflexiones Urbanas

El paro atravesado





Diario bibliotecario

Agosto

Naguanagua, 16 de agosto de 2016

Hoy no llovió temprano. Lástima. Es grato sentir que las estaciones vuelven a danzar su tiovivo de siempre. Aunque el entorno que creamos a nuestro alrededor sea un desastre. Decidí ir a la biblioteca pública Manuel Feo La Cruz, siempre he dicho que debería llamarse Enrique Bernardo Núñez o José Rafael Pocaterra. Me alisto y al salir a la calle caigo en cuenta de que hay paro de transporte. 

El motivo:

El de siempre. Quieren subir el precio del pasaje de 45 a 100 bolívares. Siempre lo suben y nunca mejoran el servicio.



Camino un poco y se nota la soledad del pavimento. Gentes nerviosas hacen esfuerzos sobrehumanos para llegar al trabajo y pagan 200 Bs. Mejor les salía quedarse en casa.



Vuelvo a casa. Llamo a un amigo y lo invito a rodar en bicicleta hasta Valencia. Enzo accede y me pasa buscando. Me aplico el protector solar, un elemento sumamente costoso y escaso en esta economía de guerra (el gobierno dice que estamos en Guerra). Mientras pedaleo con calma me pregunto qué pensaría el viejo Ezra Pound del protector solar fps 50. Siento un aullido y no es Allen Ginsberg. Es mi estómago y ahora pienso que seguramente 1500 bs, el precio real de la harina de maíz precocida en las bodegas, fue lo que inspiró a Ezra a componer el canto XLV Con Usura. Llegamos a la biblioteca. No hay casi personal (eso era obvio, no hay transporte) ni usuarios, tampoco hay luz, tiene fallas eléctricas. El edificio no es bello pero a oscuras y sin gente adquiere un grado más de fealdad urbana. Vitruvio no lo hubiese aprobado. Queremos dejar las bicicletas en el recibidor. No nos dejan, salimos y las dejamos en un estacionamiento para automóviles. La tarifa es baja.


Subimos a buscar algunos ensayos de Ramón Díaz Sánchez. No conozco a la bibliotecaria. Parece desconocer la distribución en la sala. Afortunadamente yo si la conozco. Busco y consigo el libro. Lo hojeo y encuentro lo que necesito. Le pido la autorización para llevarlo a la sala de reproducción fotóstatica pero me dice que ya no existe. No hay máquinas de reproducción. También eliminaron el préstamo circulante. De hecho hay pocos libros y no pueden generar recursos propios ni recibir donativos de la empresa privada por orden de la Gobernación. 



El gobernador Ameliach y su Secretaría de cultura no tienen ningún interés en las bibliotecas. Ya han cerrado cerca de una decena. 



Debo transcribir manualmente lo que necesito. En la penumbra tomo asiento para iniciar el trabajo y apenas tomo el lápiz la bibliotecaria comienza su cháchara con otra que llegó al lugar. Venezuela es el único lugar donde todo el mundo guarda silencio en las bibliotecas excepto las bibliotecarias. La sala se oscurece aún más y se desata una tormenta. Trato de ignorar la lluvia, el calor (no hay aire acondicionado), el escándalo de la empleada y me dispongo a escribir. Pero hoy no es mi día. En la mesa cae una gotera oceánica. No lo soportó más. Nos vamos y nos dirigimos a la panadería que está en la calle de atrás, la Independencia. Invito a Enzo a tomar una cocacola de 2 litros. Es light (no hay suficiente azúcar en Venezuela) al dárnosla verifico la fecha de expedición. Es de finales de julio. Somos afortunados es una excelente cosecha.

montecari@gmail.com

@grupolipo

Richard Montenegro Caricote

Publicado el domingo 11 de septiembre de 2016 en la página 23 en el diario Últimas Noticias.

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Richard MontenegroPerteneció a la redacción de las revistas Nostromo y Ojos de perro azul; también fue parte de la plantilla de la revista universitaria de cultura Zona Tórrida de la Universidad de Carabobo. Es colaborador del blog del Grupo Li Po: http://grupolipo.blogspot.com/. Es autor del libro 13 fábulas y otros relatos, publicado por la editorial El Perro y la Rana en 2007 y 2008; es coautor de Antología terrorista del Grupo Li Po publicada por la misma editorial en 2008 , en 2014 del ebook Mundos: Dos años de Ficción Científica y en 2015 del ebook Tres años caminando juntos ambos libros editados por el Portal Ficción Científica. Sus crónicas y relatos han aparecido en publicaciones periódicas venezolanas tales como: el semanario Tiempo Universitario de la Universidad de Carabobo, la revista Letra Inversa del diario Notitarde, El Venezolano, Diario de Guayana y en el diario Ultimas Noticias Gran Valencia; en las revistas electrónicas hispanas Alfa Eridiani, Valinor y Gibralfaro, Revista de Creación Literaria y de Humanidades de la Universidad de Málaga y en portales o páginas web como la española Ficción Científica, la venezolana-argentina Escribarte y la colombiana Cosmocápsula.



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